Ante magros resultados de 2014:
Los caminos que Chile debe tomar para combatir la desindustrialización
Mientras el sector metalmecánico completó 26 meses de caída en su producción, el gobierno y los gremios anuncian acciones para revertir el problema, con un modelo de apertura al exterior y sin proteccionismo.
El
fin del ciclo de las materias primas, liderado por el boom de las
inversiones mineras, puso al descubierto la dura realidad que enfrenta
desde hace décadas la industria manufacturera chilena. Aunque parezca
una paradoja, esta situación abre un campo propicio para que los gremios
industriales replanteen el problema y, para ello, sólo les basta
mostrar la paulatina caída en la participación del sector en el PIB del
país. O sea, exhibir el lento proceso de desindustrialización de la
economía chilena.
En 2014, la producción del sector metalmecánico cayó 9,2%, completando 26 meses consecutivos de retroceso, según informó la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet). Este subsector, la tasa impuesto que en promedio se cobró el año pasado a las importaciones que ingresan a Chile (arancel aduanero efectivo), fue de 1,1%, según informó esta semana la Cámara de Comercio de Santiago. Es la tasa más baja de América Latina, la que pone a Chile como uno de los países más abiertos al comercio internacional en el mundo.
La única política industrial que ha tenido Chile, corresponde a la iniciada por Corfo en los años 40 del siglo pasado, la que se mantuvo hasta los primeros años de la década de 1970. De hecho, en ese mismo año la participación de la industria manufacturera en el PIB alcanzó al 17%. Hoy, esta participación es inferior a 10% y dependiendo de los indicadores que se usen, algunos estudios señalan que incluso está por debajo de 3%.
El presidente de Asimet, Juan Carlos Martínez, dice que su gremio está pidiendo la creación de una Subsecretaría de Industrias, para hacerse cargo del problema y generar una política de largo plazo. Pero expresa su pesimismo por la falta de respuesta de las autoridades.
"Con el transcurso del tiempo nos convencimos de que ningún gobierno, del color que sea, va a querer comprometerse con una subsecretaría como ésta y la razón es muy simple: los gobiernos duran sólo cuatro años y para tener una política de desarrollo industrial se requiere pensar por lo menos a 10 años plazo", señala el dirigente.
Modelo agotadoCon sus pros y sus contras, el modelo de industrialización sustitutiva, impulsado por los gobiernos radicales en la segunda mitad del siglo pasado, tuvo sus frutos y se mantuvo hasta el gobierno de Salvador Allende. Con este modelo surgieron grandes compañías que hasta el día de hoy gozan de buena salud, ya sea en manos del Estado o del sector privado. Entre ellas, Endesa, CAP, ENAP, Iansa, Enami, TVN y Entel. En el ámbito minero, el Estado creó Enami, Soquimich, Codelco y Enacar.
Además, otro número importante de empresas privadas surgió al alero de la industrialización sustitutiva, cuyo principal objetivo era protegerlas de la competencia externa, aplicando elevadas tasas arancelarias. En este grupo, estuvo la mayoría de las industriales textiles que sobrevivieron hasta los años ´80 y que hoy no existen.
El modelo industrial encabezado por el Estado colapsó hacia 1975, cuando el entonces régimen militar cambió radicalmente las bases de la economía chilena, bajando los aranceles aduaneros, privatizando empresas, liberalizando los precios y entregando al sector privado la principal responsabilidad de crear riqueza.
Entretanto, surgieron otros sectores industriales que fueron capaces de adaptarse y salir de la "zona de confort" que les permitía el modelo proteccionista. Innovaron en sus procesos productivos y diversificaron sus mercados. Salieron al exterior.
En este grupo se encuentran desde las grandes compañías de alimentos, muebles, madera, celulosa, papel y algunas tecnológicas como Sonda, hasta las pequeñas y medianas que hoy exportan. Estas últimas están agrupadas en la Asociación de Exportadores de Manufacturas (Asexma).
De hecho, en el último recuento de Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril), con los resultados del año pasado, se informa que los grupos industriales más dinámicos son los que se abrieron a las exportaciones y, por lo tanto, no le hizo mella la desaceleración de la economía local.
El presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi, dijo que la delicada situación que afecta al sector manufacturero tradicional "se veía venir desde hace años y la verdad es que no hicimos mucho por revertir el problema". Dijo que cada vez más son las empresas que "están con el agua hasta el cuello y tampoco estamos haciendo nada por salvarlas".
Desde que en los años ´70 murió el modelo de industrialización sustitutiva, Chile no tiene una política industrial, coinciden los expertos. El nuevo desafío es generar una nueva, sin el tutelaje del Estado, pero sí con su apoyo. En este sentido, Fantuzzi dice que uno de los modelos más exitosos ha sido el de Corea del Sur, así como el de otras economías emergentes de Asia.
"Corfo debiera reasumir un rol de liderazgo en impulsar una política industrial donde se incluya la participación activa del sector privado, de tal forma de ir eliminando paulatinamente los obstáculos que impiden el desarrollo del sector manufacturero", sentenció Fantuzzi. Añadió que esa política debe ser integradora, apoyando con "programas de transferencia de nuevas tecnologías, con créditos de fomento, con desarrollo en gestión y acompañamiento en la apertura de nuevos mercados, pero no como ahora, en que seguimos trabajando aislados, en medio de verdaderas burbujas".
En 2014, la producción del sector metalmecánico cayó 9,2%, completando 26 meses consecutivos de retroceso, según informó la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet). Este subsector, la tasa impuesto que en promedio se cobró el año pasado a las importaciones que ingresan a Chile (arancel aduanero efectivo), fue de 1,1%, según informó esta semana la Cámara de Comercio de Santiago. Es la tasa más baja de América Latina, la que pone a Chile como uno de los países más abiertos al comercio internacional en el mundo.
La única política industrial que ha tenido Chile, corresponde a la iniciada por Corfo en los años 40 del siglo pasado, la que se mantuvo hasta los primeros años de la década de 1970. De hecho, en ese mismo año la participación de la industria manufacturera en el PIB alcanzó al 17%. Hoy, esta participación es inferior a 10% y dependiendo de los indicadores que se usen, algunos estudios señalan que incluso está por debajo de 3%.
El presidente de Asimet, Juan Carlos Martínez, dice que su gremio está pidiendo la creación de una Subsecretaría de Industrias, para hacerse cargo del problema y generar una política de largo plazo. Pero expresa su pesimismo por la falta de respuesta de las autoridades.
"Con el transcurso del tiempo nos convencimos de que ningún gobierno, del color que sea, va a querer comprometerse con una subsecretaría como ésta y la razón es muy simple: los gobiernos duran sólo cuatro años y para tener una política de desarrollo industrial se requiere pensar por lo menos a 10 años plazo", señala el dirigente.
Modelo agotadoCon sus pros y sus contras, el modelo de industrialización sustitutiva, impulsado por los gobiernos radicales en la segunda mitad del siglo pasado, tuvo sus frutos y se mantuvo hasta el gobierno de Salvador Allende. Con este modelo surgieron grandes compañías que hasta el día de hoy gozan de buena salud, ya sea en manos del Estado o del sector privado. Entre ellas, Endesa, CAP, ENAP, Iansa, Enami, TVN y Entel. En el ámbito minero, el Estado creó Enami, Soquimich, Codelco y Enacar.
Además, otro número importante de empresas privadas surgió al alero de la industrialización sustitutiva, cuyo principal objetivo era protegerlas de la competencia externa, aplicando elevadas tasas arancelarias. En este grupo, estuvo la mayoría de las industriales textiles que sobrevivieron hasta los años ´80 y que hoy no existen.
El modelo industrial encabezado por el Estado colapsó hacia 1975, cuando el entonces régimen militar cambió radicalmente las bases de la economía chilena, bajando los aranceles aduaneros, privatizando empresas, liberalizando los precios y entregando al sector privado la principal responsabilidad de crear riqueza.
Entretanto, surgieron otros sectores industriales que fueron capaces de adaptarse y salir de la "zona de confort" que les permitía el modelo proteccionista. Innovaron en sus procesos productivos y diversificaron sus mercados. Salieron al exterior.
En este grupo se encuentran desde las grandes compañías de alimentos, muebles, madera, celulosa, papel y algunas tecnológicas como Sonda, hasta las pequeñas y medianas que hoy exportan. Estas últimas están agrupadas en la Asociación de Exportadores de Manufacturas (Asexma).
De hecho, en el último recuento de Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril), con los resultados del año pasado, se informa que los grupos industriales más dinámicos son los que se abrieron a las exportaciones y, por lo tanto, no le hizo mella la desaceleración de la economía local.
El presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi, dijo que la delicada situación que afecta al sector manufacturero tradicional "se veía venir desde hace años y la verdad es que no hicimos mucho por revertir el problema". Dijo que cada vez más son las empresas que "están con el agua hasta el cuello y tampoco estamos haciendo nada por salvarlas".
Desde que en los años ´70 murió el modelo de industrialización sustitutiva, Chile no tiene una política industrial, coinciden los expertos. El nuevo desafío es generar una nueva, sin el tutelaje del Estado, pero sí con su apoyo. En este sentido, Fantuzzi dice que uno de los modelos más exitosos ha sido el de Corea del Sur, así como el de otras economías emergentes de Asia.
"Corfo debiera reasumir un rol de liderazgo en impulsar una política industrial donde se incluya la participación activa del sector privado, de tal forma de ir eliminando paulatinamente los obstáculos que impiden el desarrollo del sector manufacturero", sentenció Fantuzzi. Añadió que esa política debe ser integradora, apoyando con "programas de transferencia de nuevas tecnologías, con créditos de fomento, con desarrollo en gestión y acompañamiento en la apertura de nuevos mercados, pero no como ahora, en que seguimos trabajando aislados, en medio de verdaderas burbujas".